lunes, 5 de diciembre de 2011

Los ministros también lloran



Si tenemos que establecer el ranking de noticias más importantes del día, en cuestiones internacionales, podríamos decir que el ‘show Merkozy’ y su reunión en París para reformar los tratados europeos ha sido uno de los temas más tratados; y la imagen de la ministra de Trabajo, Elsa Fornero, llorando en una conferencia sobre los recortes del país.
A simple vista nada nos parecería extraño. Dos noticias internacionales importantes y centradas en el tema de la crisis económica que vive el Mundo y muchos países europeos en concreto. Pero encontramos, con estos dos ejemplos, la clara estrategia del Poder por ‘distraer’ a la ciudadanía y centrar la atención en asuntos menos transcendentes o discursos paralelos a los oficiales.
Que la canciller alemana, Ángela Merkel y el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy se hayan reunido para lograr un acuerdo en la reforma de  los tratados europeos es una noticia importante y merecedora de minutos televisivos y páginas de periódicos, pero hay que preguntarse ¿Por qué los medios prefieren resaltar el llamado show ‘merkozy’ o por qué prefieren centrarse en la imagen de la ministra llorando?
Hay temas que no son susceptibles de profundizar en ellos y es preferible que la población se quede en lo superficial como la pareja europea Merkel-Sarkozy o la imagen de la ministra llorando por los importantes recortes que va a llevar a cabo Italia. Que la ministra llore es solo una anécdota de lo acontecido, pero lo trascendental, lo importante, el foco de la noticia es las medidas impulsadas por el gobierno italiano, pero los medios de comunicación han preferido resaltar la imagen de desconsuelo de la ministra y dejar en segundo plano lo verdaderamente importante. 
La población vive en un continuo odio hacia la política, a la que culpan de todo lo ocurrido. Quizás era necesario o es necesario, que de vez en cuando, los políticos también se muestren tal y como son, personas de carne y huesos que sienten y padecen, porque los ministros también lloran.
¿Estrategia o sensacionalismo?

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